27 Dic Flora Intestinal
Posted at 08:00h
in Salud
Flora Intestinal
Irene Olalla Lobo
Diplomada en Nutrición Humana y Dietética
Flora Intestinal
La flora intestinal o microbiota es un conjunto de microorganismos que viven en perfecta simbiosis en nuestro intestino. Está compuesta por aproximadamente cien billones de bacterias beneficiosas.
Su importancia es vital, porque desarrolla funciones esenciales para nuestro organismo. De hecho, nuestra existencia sería muy complicada sin ella y posiblemente viviríamos menos tiempo y mucho peor.
Funciones:
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Nutricional: favorece la síntesis de compuestos como las vitaminas, entre ellas la K y las del grupo B, facilita la absorción de calcio y hierro en el colon, y favorece el movimiento intestinal.
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Protectora: la microbiota impide la implantación de bacterias patógenas externas que puedan provocar infecciones.
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Inmunológica: este conjunto de bacterias activa y fortalece el sistema inmunológico, aumentando nuestras defensas frente a las infecciones bacterianas y víricas.
Qué la daña:
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Una alimentación inadecuada. Una dieta pobre en fibra y un exceso de carnes, grasas y azúcares pueden afectar muy negativamente a la flora.
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Malos hábitos de vida. Entre otros, el sedentarismo, el estrés, el alcohol y el tabaco. También el insomnio y las rutinas de sueño irregulares resultan perjudiciales, al igual que la exposición a la contaminación.
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El envejecimiento. La edad constituye otro factor de riesgo. Fundamentalmente, a partir de los sesenta años desciende el número de bacterias beneficiosas. Esta es una de las razones del aumento de enfermedades, infecciones y síntomas digestivos -como el estreñimiento-, en este grupo de población.
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Infecciones víricas o bacterianas y otras enfermedades digestivas. La colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, entre otras, son susceptibles de alterar la flora intestinal.
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Tratamientos postoperatorios. Por ejemplo, radioterapia o cirugía.
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Algunos medicamentos. El consumo de antibióticos puede provocar igualmente desequilibrios en la flora intestinal. Estos medicamentos son muy necesarios en casos de infección, porque se ocupan de eliminar las bacterias que la causan, pero su uso cambia el equilibrio normal de la flora al dañar las bacterias propias beneficiosas y fomenta que se asienten otros microorganismos patógenos responsables de las diarreas asociadas a antibióticos.
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Viajes a otros lugares del mundo. Los desplazamientos largos provocan también con frecuencia alteraciones en la microbiota, y si además se viaja a lugares donde las condiciones higiénicas son malas o a zonas de climas tropicales, el riesgo de contraer la famosa diarrea del viajero es alta. Esta posibilidad aumenta sobre todo si se consumen alimentos crudos o poco cocinados, se bebe agua no embotellada, o no nos lavamos las manos antes de comer, entre otras cosas.
Cómo mejorarla:
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Realiza varias comidas al día, con unos horarios regulares
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Aumenta el consumo de fibra.
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Reduce al mínimo las carnes no magras y toma más pescado.
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Sí a los lácteos y sus derivados.
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Ingiere líquidos en abundancia, preferiblemente agua.
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Ve al baño cuando sea necesario.
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Realiza ejercicio físico regularmente.
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Huye del tabaco y modera el consumo de alcohol y café.