Tipos de Grasa Corporal

Tipos de Grasa Corporal

Irene Olalla Lobo
Diplomada en Nutrición Humana y Dietética

Tipos de Grasa Corporal

En mayor o menor medida, todos tenemos grasa en nuestro cuerpo, porque es indispensable para nuestro organismo.

Existen varios tipos de grasa en el cuerpo que cumplen distintas funciones y tienden a acumularse en zonas y formas diferentes.

 


 

Entre las funciones que cumple la grasa se pueden destacar:

⦿ Protege los órganos vitales.

⦿ Cubre y amortigua las articulaciones.

⦿ Contribuye a mantener y regular la temperatura corporal.

⦿ Almacena vitaminas y otros nutrientes esenciales.

⦿ Reserva de energía para el organismo.

 

Dentro de que sea necesaria, una acumulación superior a la necesaria puede resultar perjudicial para la salud.

 


 

Bien, ¿qué tipos de grasa hay?

Según su localización:

⦿ Grasa dura o visceral: Se encuentra ubicada entre los órganos. Es muy resistente. Se encarga de proteger a los órganos, pero su acumulación excesiva es la más peligrosa ya que tiene relación directa con problemas de salud como el riesgo cardiovascular o diabetes tipo II.

⦿ Grasa blanda o subcutánea: Se encuentra ubicada bajo la piel. Es más sencilla de eliminar y menos peligrosa.

⦿ Grasa intermuscular: Es el tipo de grasa con menor presencia. Se localiza entre las fibras musculares.


 

Según su función:

⦿ Grasa parda: Se encuentra ubicada en la zona interescapular. Es metabólicamente activa (cuando hace frío comienza a producir energía – calor). Va disminuyendo desde la infancia con los años.

⦿ Grasa blanca: Es el tipo de grasa más común. Funciona como reserva de energía en caso de necesidad.

⦿ Grasa beige: Se trata de un tipo de grasa parda situada dentro de los cúmulos de grasa blanca que también presenta sus características termodinámicas.

 


El exceso de grasa blanca se produce cuando se consumen más calorías de las que se queman y, por tanto, ese sobrante se almacena en forma de tejido adiposo. Por lo que es lógico pensar que una alimentación equilibrada y ejercicio regular (2-3 horas, al menos, a la semana) ayudan a combatirla.